sábado, 19 de abril de 2008

Argelia Intro

14 días. Suena a mucho para unas vacaciones pero sabe a bien poco cuando se trata de conocer, compartir y disfrutar de un país distinto, de sus gentes y costumbres.
Llegamos a Argel procedentes de Barcelona a las 11 de la noche. Mala hora para empezar el descubrimiento de un país árabe a fuerza de imposición y musulmán de todo corazón. Adentrarse en Argelia, país en alerta terrorista y no recomendable para turistas según nuestros cautos y protectores gobiernos occidentales, ha sido un reto maravilloso lleno de sensaciones.
El primer día, aprovechamos para conocer Tipaza, ciudad a 70 km de Argel en dirección Oeste por la costa, que cuenta con el 2º conjunto de ruinas romanas más importantes del país.
Tierra de nómadas beréberes desde sus orígenes, Argelia (como casi todo África del Norte, lo que hoy conocemos como el Magreb) ha sido un territorio cíclicamente dominado por grandes imperios. Fenicios, cartagineses, romanos, árabes, otomanos y, hasta hace bien poco, franceses, todos han dejado su huella a lo largo de los siglos. Y Tipaza es un buen ejemplo de la dominación romana, con sus ruinas de la antigua Pólis al completo mirando al Mediterráneo y su posterior “arabización” más al interior: antiguas iglesias convertidas en mezquitas, que se recuperaron y reformaron tras la independencia de Francia.
Me quedé con ganas de adentrarme por la Casbah argelina, verdadero corazón del Islam capitalino, pero tierra de nadie para turistas con muy poco francés y nada de árabe, sin un lugareño que facilite el recorrido…
El lunes a primera hora partimos hace Ghardaia, siguiente destino donde nos encontraríamos con el resto del grupo. No puedo evitar establecer similitudes con todo país del Sur expoliado e impedido por otros pocos del Norte de su desarrollo: la incertidumbre es la constante en una cultura donde ya su propia historia abraza la religión para esperar que las cosas pasen In-Shallah (si Dios-Alá quiere), y si pasan es Hamdurillah (gracias a Dios-Alá), pues mayores garantías resultan imposibles. Si la noche anterior nos personamos en la estación de autobuses para confirmar el horario de salida, una vez llegado el momento anularon nuestro bus y salimos en el siguiente, dos horas más tarde. Porque sí.
Primera tanda de bus de 9 horas, con paradas cada 200 km. El autobús no era el colmo de la comodidad, pero el paisaje que nos acompañó hasta la “Puerta del Desierto” que es Ghardaia lo compensó con creces: desde el Norte verde y mediterráneo, atravesamos las montañas del Parque Natural de Chrea para adentarnos en el árido intenso del desierto, salpicado el camino de pueblos silenciosos y algún lago salado; y los siempre presentes controles militares y policiales que siembran todas las carreteras, entradas y salidas como una parte más del paisaje. Si hay tanta seguridad desplegada es por dos motivos: primero, porque muchos jóvenes licenciados, ingenieros o doctores en paro ven en los cuerpos de seguridad del estado un salario estable que les permite sobrevivir; segundo, porque tras los atentados terroristas de los dos últimos años, el actual presidente Abdelaziz Bouteflika no duda en emplear mano dura con los integristas (sean locales, o regionales de Al Qaeda) para intentar asegurar el enorme beneficio económico que el turismo supone para el país. Argelia intenta atraer de nuevo a los turistas tras más de una década de violencia (no sólo la integrista islamista, sino también la militar del FLN) que no ha dejado a sus ciudadanos levantar cabeza.

1 comentario:

alejandro dijo...

Hola como estas? te hago una pregunta. Actualmente me encuentro viajando por Europa, y mi proximo destino es España, para de allí cruzar a Marruecos, para recorrer el norte de Africa, pero tengo complicaciones para saber si voy a poder atraversar Argelia. Tu sabes si es complicado?yo soy Argentino y tengo pasaporte Italiano. Saludos, y gracias!